La tendinitis calcificante es una afección que afecta al 20% de la población y puede confundirse con distintas dolencias por sus síntomas de dolor agudo y problemas de movilidad. Aquí te contaremos qué es, sus causas, tipos y los tratamientos más efectivos para combatirla.
Qué es la tendinitis calcificante y cómo se diagnostica
La tendinitis calcificante es una afección caracterizada por la acumulación de depósitos de calcio dentro de los tendones, generando inflamación, rigidez y dolor.
Puede aparecer en distintos puntos del cuerpo, pero es más frecuente en el hombro, especialmente en el tendón del supraespinoso. El diagnóstico suele ser mediante radiografía, ecografía o resonancia magnética, ya que permiten identificar la presencia, tamaño y localización de los depósitos de calcio.
Qué diferencia la calcificación en los tendones de otras lesiones
A diferencia de una tendinitis convencional, donde el dolor proviene de la inflamación del tendón, la tendinitis calcificante incluye una fase de depósito mineral que puede generar dolor más intenso y limitar el movimiento debido a una reacción inflamatoria a la liberación de este calcio.
La evaluación médica es clave, dado que, en ocasiones, los síntomas se confunden con una rotura o una bursitis.
Cuáles son los principales tipos de esta inflamación calcificada
La tendinitis calcificante puede afectar a distintos grupos musculares, aunque lo más normal es que se localice en articulaciones que soportan movimiento y carga constantes.
Las más comunes son el hombro, la cadera, la rodilla y, en menor medida, el codo o el tendón de Aquiles. En todos estos casos, la acumulación de calcio genera dolor, inflamación y pérdida de movilidad, especialmente al realizar movimientos repetitivos o levantar peso.
Tendinitis calcificante en el hombro: síntomas y tratamiento
Es la más común de las tendinitis calcificantes. Provoca dolor agudo en la parte anterior o superior del hombro, además de dificultad para levantar el brazo y a veces hasta molestias nocturnas. El tratamiento inicial incluye reposo, fisioterapia y si es necesario, técnicas para eliminar los depósitos como la EPI o la onda de choque.
Calcificación en la cadera: cómo se manifiesta y cómo se trata
En la cadera, la acumulación de calcio suele afectar los tendones del glúteo medio o menor, causando dolor agudo en la parte lateral de la pelvis y rigidez al caminar. Se trata con fisioterapia específica, antiinflamatorios y ejercicios de fortalecimiento progresivo.
En casos persistentes, se puede recurrir a tratamientos invasivos o cirugía mínima. Es por eso que es clave un diagnóstico correcto realizado por un profesional.
Cuáles son las causas más frecuentes de la tendinitis calcificante
Las causas más frecuentes de la tendinitis calcificante incluyen la degeneración del tendón por la edad y el uso repetitivo, la presencia de trastornos metabólicos como la diabetes y factores genéticos que predisponen a la acumulación de calcio en los tendones.
También se ha relacionado con lesiones o traumatismos previos en el tendón, ya que el cuerpo puede depositar calcio como parte de un intento de reparación fallido. Factores de riesgo como la vejez y los movimientos repetitivos, incrementan el riesgo de padecerla, sobre todo en mujeres.
Por qué se acumula calcio en los tendones y cómo afecta
El calcio se acumula en los tendones como un intento del cuerpo de reparar o endurecer un tejido que ha sufrido lesiones repetidas o procesos degenerativos, convirtiéndose en depósitos duros llamados calcificaciones.
Esta acumulación genera dolor, inflamación y rigidez, alterando la movilidad del tendón afectado, lo cual requiere un diagnóstico y tratamiento adecuados para aliviar las molestias.
Qué factores de riesgo aumentan la probabilidad de padecerla
Los factores de riesgo para la tendinitis calcificante incluyen la edad avanzada, ya que debilita los tendones y la participación en deportes que implican movimientos repetitivos.
También pueden contribuir enfermedades metabólicas como la diabetes y la gota, la degeneración del tendón por sobrecarga mecánica, y posiblemente factores genéticos y una mala circulación sanguínea.
Las mujeres en su cuarta o quinta década de vida son más propensas a contraer este tipo de afecciones en comparación a los hombres.
Qué tratamientos existen para la tendinitis calcificante
Los tratamientos para la tendinitis calcificante varían desde conservadores hasta invasivos e incluyen:
- Medicamentos: Pueden ser antiinflamatorios o analgésicos.
- Terapia física: Aplicación de hielo, calor o ejercicios.
- Tratamientos invasivos: Lavado ecoguiado u ondas de choque.
- Cirugía artroscópica: Sólo en casos severos para eliminar los depósitos de calcio y reparar el tendón.
Cuándo se recomiendan antiinflamatorios y fisioterapia
Se recomiendan los antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) para ayudar a reducir el dolor y la inflamación en las fases más agudas de la tendinitis calcificante. Por otro lado, la fisioterapia mejora la movilidad, estimula la reabsorción del calcio y previene la rigidez articular.
En muchos casos, la combinación de ambos tratamientos permite controlar los síntomas sin recurrir a procedimientos invasivos. Los ejercicios de estiramiento, la terapia manual y el trabajo guiado por un fisioterapeuta especializado son fundamentales para recuperar la función del tendón y prevenir recaídas.
Qué técnicas avanzadas ayudan a disolver los depósitos de calcio
La terapia con ondas de choque, la EPI (Electrólisis Percutánea Intratisular) y la neuromodulación percutánea son tratamientos de fisioterapia avanzada que favorecen la disolución de los depósitos cálcicos y regeneran el tejido dañado sin necesidad de cirugía. Estas técnicas estimulan la circulación y la respuesta biológica del tendón, acelerando su recuperación.
En pocas sesiones, el paciente suele notar una mejora significativa en la movilidad y una reducción progresiva del dolor. Es clave el diagnóstico y tratamiento de personal calificado para llevar a cabo una recuperación exitosa.
Cuándo es necesaria la cirugía para tratar la inflamación calcificada
La cirugía se recomienda solo cuando los tratamientos conservadores no logran eliminar los depósitos o el dolor persiste durante meses.
El procedimiento consiste en la extracción del calcio y la limpieza del tendón afectado, habitualmente mediante artroscopia, una técnica mínimamente invasiva con excelentes resultados funcionales.
Gracias a este tipo de cirugía, el tiempo de recuperación es más corto y las cicatrices son prácticamente imperceptibles. Luego de la intervención, el paciente comienza un plan de rehabilitación personalizado para recuperar la fuerza, la movilidad y prevenir futuras calcificaciones.
Cuánto tarda en curarse la tendinitis calcificante
La tendinitis calcificante puede tardar desde unas pocas semanas hasta varios meses o incluso años, para curarse. Todo depende de la fase de la calcificación, el tamaño del depósito de calcio y la respuesta al tratamiento.
La fase reabsortiva, es decir, con dolor agudo, puede durar de uno a seis meses, mientras que la fase de reposo puede hacer que el dolor desaparezca más rápidamente.
El descanso, los antiinflamatorios y la fisioterapia son tratamientos clave para la recuperación de los pacientes afectados.
Qué tiempo de recuperación tienen los casos leves y graves
El tiempo de recuperación depende tanto de la gravedad de la afección como el trabajo del paciente con el equipo médico.
Los casos leves pueden mejorar entre cuatro a seis semanas con fisioterapia y control del dolor. Por otro lado, las lesiones más complejas, especialmente las que requieren procedimientos avanzados o cirugía, pueden necesitar entre tres y seis meses para una recuperación completa.
Cómo influye la rehabilitación en acortar el tiempo de curación
Una rehabilitación planificada es clave para la recuperación del tendón y acortar los tiempos de curación. El proceso debe combinar ejercicios de movilidad progresiva, fortalecimiento muscular, control del dolor y técnicas de reeducación del movimiento para restablecer la coordinación y prevenir rigideces articulares. La constancia en las sesiones y la correcta supervisión fisioterapéutica son factores clave para evitar recaídas y mejorar el rendimiento funcional del tendón afectado.
En Clínica Ignition, la recuperación se aborda de forma global, combinando tecnología avanzada, fisioterapia de precisión y programas de readaptación deportiva personalizados.
Gracias a su equipo multidisciplinar y a tratamientos como la EPI, la neuromodulación y la terapia activa supervisada, los pacientes logran una recuperación más rápida, segura y duradera, volviendo a su actividad diaria o deportiva con plena confianza.




